El sábado ya se empezaba a notar el cansancio y los dolores de todo tipo, así que llegamos un poquito tarde y no pudimos ver a
6PM aunque nos contarían que el concierto estuvo bastante bien y ellos bastante sueltos. Llegamos a tiempo para presenciar el concierto de una de las pocas artistas que venían con un gran álbum bajo el brazo, el reciente
Let In The Light (
Quartestick, 2007) de una
Shannon Wright que se esforzó en ofrecernos uno de los conciertos del festival, a medio camino entre el piano -dónde sonó estremecedoramente intensa- y una guitarra quizá demasiado solitaria. Abrió con varios cortes de su reciente álbum al piano, para después ponerse en pie, coger la guitarra y empezar a hacer diabluras sobre el escenario del Auditori (esos movimientos...!), rescató algunos temas antiguos cómo
Avalanche o
Portray e hizo kilómetros sobre el escenario antes de volver al piano para cerrar el concierto con otros tres temas.
Defy this love y
Don't you doubt me sonaron enormes. Podéis ver
In the morning light y
Don't You Doubt Me,
aquí y
aquí.
Salimos a tiempo para ver el final de unos
The Apples in Stereo que nos volvieron a poner los pies en el suelo (para bailar, claro) y disfrutar de su pop y sus melodías, un poco a deshora eso si... Lástima de primeros minutos perdidos. Los pies empezaban a rendirse y nos sentamos a un lado del ATP a esperar el concierto de
The Durutti Column que nos sorprendió a todos rescatando temas clásicos en una primera mitad de actuación magistral,
Vini Reilly comenzó presentando a la banda y bromeando acerca de
Johnny Marr y
John Squire y se le vió suelto ante un buen número de seguidores que llenaban entusiasmados las primeras filas.
The Missing Boy fue el mejor momento de una actuación que fue de más a menos pero que dejó un gran sabor de boca.
En el Rockdelux se presentaban los australianos
Architecture in Helsinki con la intención de dinamitar la tarde con su pop fresco y animado, sus bailes, sus cambios de instrumentos y sus nuevos temas. Y, a pesar del entusiasmo sobre el escenario y de los bailes de buena parte del público, el concierto no pasó del mero entretenimiento (que a veces no es poco), los temas que junto a los bailes a veces remitían a los
B-52's no acababan de transmitir y la falta de sonido y el ruido del escenario CD Drome (algo recurrente en el escenario RDL) hacía que se perdiesen matices. Podéis ver uno de los temas
aquí.
Llegaba la noche y con ella empezaban los dilemas, el sábado era al mismo tiempo el día en que el cartel tenía los nombres menos atrayentes para mi y el que más grupos tenía que me apetecería ver. No tenía recorrido planificado así que me dejé llevar ayudado además por el cambio Klaxons-Battles. Me dirigí de nuevo al ATP, mientras la muchedumbre se apelotonaba para ver a
Patti Smith, dispuesto a poner a prueba mis oidos con la actuación de los americanos
Pelican. Reconozco que sus discos no me atrapan, aunque en directo disfruté de la actuación y de la intensidad de sus temas en un ATP repleto de gente moviendo las cabezas al ritmo de los guitarrazos de los de Chicago que, cómo se puede ver en la foto y en los videos no bajaron el ritmo en ningún momento, en un concierto que sirvió de presentación de algunos de los temas de su inminente
City Of Echoes (
Hydra Head, 2007) y dónde rescataron trallazos como
Drought o algún tema más tranquilo (había que respirar) cómo
Aurora Borealis. Podéis ver un par de temas
aquí y
Aurora Borealis aquí.
No se me pasaba por la cabeza ir hasta el Auditori a esas horas y tal y cómo estaba, pero me encontré sin nada que ver y decidí arriesgarme y ver a
Matt Elliott, al que tachan de irregular en directo y al que había visto una vez en solitario. Esta vez se presentaba con orquesta: piano, batería, vientos y alguna cuerda, además de su guitarra y loops. En un Auditori casi vacío pude vivir uno de los momentos mágicos del festival, un concierto irrepetible, por sonido, por luces y sobre todo por la intensidad, la intensidad y belleza de la derrota asumida cómo algo natural por este hombre que a pesar de no gozar de reconocimiento masivo es uno de los grandes artistas europeos contemporáneos. Desgranando los temas de sus últimas entregas, principalmente de
Failing Songs (
Acuarela, 2007), consiguió estremecer y contagiar el Auditori de sentimientos, todo salió perfecto en un concierto redondo de dónde nadie salió cómo habia entrado. Podéis ver el video de
The Kursk aquí y haceros una idea de lo que allí se vivió.
A
Lisabö pude disfrutarlos apenas veinte minutos a medio camino entre Matt Elliott y
Sonic Youth, interrumpido por uno de los miembros de la seguridad empeñado en que los tapones que vienen de fuera los carga el diablo, y su actuación fue de las que mejor sabor de boca me dejaron de todo el festival, la palabra que mejor lo definiría sería contundente. Los vascos derramaron intensidad y electricidad sobre un Cd Drome repleto de seguidores de una de las mejores bandas de la escena nacional y probablemente la que mejor directo ofrece a día de hoy, sonido impecable, entrega y riesgo. Me queda una cuenta que saldar con ellos y espero poder hacerlo en breve, aunque será dificil verlos por aquí cerca.
Nos fuimos al Estrella Damm a ver si por casualidad había una parcelita libre cerca del escenario, aunque el cambio de Battles dejaba el panorama muy dificil, el de Sonic Youth era el único concierto grande a esa hora y absolutamente todo el mundo se apelotonaba delante del escenrio para ver el último
Don't look back del Primavera Sound. Sonic Youth venían a tocar íntegro uno de sus álbumes clave:
Daydream Nation (
Geffen, 1993). La muchedumbre explotó cuando sonaron las primeras notas de
Teen Age Riot y aquello se convirtió en lugar hostil para mi maltrecho cuerpo, así que decidimos irnos hacia atrás pensando que habría menos gente... error. El concierto fue lo que todos esperabamos, la banda sonó perfecta, cómo si hiciesen cada día esta actuación, se les veía entusiasmados, con una Kim Gordon desatada en los bises -sí, además hubo bises!- de su último álbum
Rather Ripped (
Geffen, 2006). Aunque los mejores momentos se vivieron en la recta final del concierto con unos
The Wonder, Hyperstation y
Eliminator Jr. apoteósicos.
Afrontaba la recta final del festival sin apenas fuerzas,
Grizzly Bear se presentaban en el ATP por primera vez en España y con su estupendo
Yellow House (
Warp, 2006) bajo el brazo, los temas ganaron en pegada pero perdieron en detalles al ser trasladados al directo, aún así fue un concierto más que agradable que ni siquiera se vino abajo con la aparición en el último tema, la preciosa
On a neck, on a spit, de Zach Condon de
Beirut y Johan el presentador de Cuatrosfera (me gustaría saber quién fue el que le pidió que subiese). Podéis ver el momento
aquí.
El día comenzaba a hacerse eterno y mi cuerpo sólo resistió los primeros minutos de la actuación de unos
múm que, a pesar de lo poco apropiado que parecía el horario a priori, supieron contagiar el entusiasmo necesario al público para mantenerlo activo y atento a las tantas de la mañana. Y poco después me iba a casa no sin antes pasarme por el Rockdelux a ver que me iba a perder con el concierto de
Battles, los tres temas que vi, frescos, divertidos, enérgicos, imprevisibles, me sirvieron para darme cuenta que el próximo año tendré que venir preparado para el frío, con bufanda si es necesario. Al parecer uno de los conciertos del festival. Podéis ver
Atlas aquí. Lástima que no pudiese más.
Domingo 3 de junioTras dormir unas cuantas horas y aún con la maldita garganta destrozada, nos fuimos a la Sala Apolo a ver el fin de fiesta que a juzgar por el aluvión de público y el entusiasmo del mismo era uno de los días más esperados. A diferencia del año pasado, en esta edición, el domingo era un día grande. Había espectación por ver a
Of Montreal, de hecho el griterío y la entrega del público al comienzo de su actuación fue de los más destacados a lo largo del fin de semana. No era para menos, su
Hissing Fauna, Are You The Destroyer? (
Polyvinyl, 2007) es de lo mejorcito del año y había ganas de verlos por aquí. No defraudaron e hicieron un concierto largo e intenso, con disfraces, bailes, y desnudo casi integral, además rescataron hasta media docena de temas del también magnífico
The Sunlandic Twins (
Polyvinyl, 2005), mención especial para la fiesta que se montó con
The Party's Crashing Us.
Antes
Malajube demostraron que no venían de relleno y dieron un buen concierto en el que tiraron de su último trabajo,
Trompe L'Oeil (
Dare To Care, 2006), en el que mezclan pop y psicodelia al más puro estilo
SFA de sus mejores momentos, eso si con letras en francés. Entre unos y otros me dio tiempo a ver casi 30 minutos de la actuación de
APSE en La [2], y más que habría visto si no fuese porque Of Montreal estaban casi preparados, sonaron apabullantes y entregados, delante de una sala casi llena a pesar del solape con el concierto de Of montreal, y aunque a veces se les noten las costuras, su directo es de los que te atrapan.
Y así, casi dos semanas después se acaba esto, aquí se quedan mis recuerdos de un festival que otro año más nos ha hecho disfrutar, a pesar de las colas (para entrar, para salir, para comer, para beber, para mear...), de los traumáticos solapes, de los dolores y del sueño. En una edición donde el festival ha seguido creciendo en público apostando por continuar con una programación inquieta, aunque en mi opinión con menos enjundia que en la pasada edición. Esperemos que el año que viene nos volvamos a ver y que lo pasemos al menos tan bien como este. Gracias a los que me acompañaron en estos días, todo un placer.
Foto Shannon Wright: Hempror (
http://liveshot.canalblog.com). Muchas gracias.