Jason Molina - Let Me Go, Let Me Go, Let Me Go
Jason Molina
Let Me Go, Let Me Go, Let Me Go (Secretly Canadian, 2006)
FOLK/SINGER-SONGWRITER Hace tiempo que Jason Molina es un nombre con mayúsculas en la música contemporánea. Sus múltiples trabajos, tanto cómo Songs:Ohia, The Magnolia Electric Co. o en nombre propio, así lo han ido confirmando a lo largo de los últimos años. Tras la grabación de Didn't it Rain (Secretly Canadian, 2002) Molina decidió cambiar de nombre adoptando el apelativo de Magnolia Electric Co., al mismo tiempo que su música se enriquecía y parecía alcanzar una estabilidad cómo banda, con el grupo más o menos estabilizado para los directos y con unas composiciones cada vez más complejas y ricas.
Con su otro proyecto estabilizado y en plena forma, Molina ha vuelto a sus origenes y, en solitario, nos entrega este Let Me Go, Let Me Go, Let Me Go. Probablemente su disco más personal hasta el momento (y todos sus discos lo son).
Gestado en un año de grabaciones constantes y trabajo incansable; se rumorea que tiene material para publicar seis largos y este mismo mes publicará el nuevo disco de Magnolia Electric Co., titulado Fading Trails. De estas grabaciones y concretamente de tres mañanas (suele levantarse a las 4 para componer) en su garaje (The Projects Studio) en Bloomington, Indiana nace Let Me Go... El proceso de composición y grabación fue sencillo, durante esos tres días compuso más de una docena de canciones y las grabó así cómo iban surgiendo, desde un principio tenía claro que se haría así, sin banda. En el álbum conservan el orden de la grabación original.
El sonido del disco es tan oscuro cómo el propio garaje de Molina, sin ventanas, sin apenas luz. El disco fue grabado a la luz de las velas y, según cuenta el propio Jason, con proyecciones de peliculas mudas en la pared cómo inspiración y compañía. Todo esto se ve reflejado en el álbum en el que, cómo él indica, trata de reflexionar acerca del sentimiento de depresión, tan humano, tan cercano a él. La atmósfera del disco lo refleja perfectamente. Parece que estamos en esa habitación a oscuras con Jason, se pueden oir los ecos en las paredes y el suelo, acompañado de su guitarra o piano, en el disco apenas hay instrumentación (la guitarra electrica sólo aparece en el último corte, el más largo que además da título al disco). La voz de Jason juega un papel fundamental ya que se permite experimentar con ella cómo nunca antes lo había hecho y con resultados estremecedores.
En las letras Jason no trataba de ser ingenioso, sino de ser sincero. En ellas se aprecian las sombras de siempre, sus fantasmas personales, sus temas recurrentes: la soledad, las dudas, la separación, el miedo... pero en este disco no hay ni un atisbo de esperanza. Todo es oscuro, sin salida. With all that blue that you carry around in your heart/ It must be raining there forever canta en It must be raining there forever.
Un disco corto pero intenso, Molina en estado puro. Tanto para los que lo descubrieron en su última etapa más rock, cómo en primera etapa más oscura. Cualquiera puede disfrutar de este disco, sumergirse en la belleza de su dolor, un dolor balsámico. Un dolor que cura.
Podéis escuchar y descargar Get Out, Get Out, Get Out desde aquí.
También podéis consultar las letras del álbum en su página oficial.
Con su otro proyecto estabilizado y en plena forma, Molina ha vuelto a sus origenes y, en solitario, nos entrega este Let Me Go, Let Me Go, Let Me Go. Probablemente su disco más personal hasta el momento (y todos sus discos lo son).
Gestado en un año de grabaciones constantes y trabajo incansable; se rumorea que tiene material para publicar seis largos y este mismo mes publicará el nuevo disco de Magnolia Electric Co., titulado Fading Trails. De estas grabaciones y concretamente de tres mañanas (suele levantarse a las 4 para componer) en su garaje (The Projects Studio) en Bloomington, Indiana nace Let Me Go... El proceso de composición y grabación fue sencillo, durante esos tres días compuso más de una docena de canciones y las grabó así cómo iban surgiendo, desde un principio tenía claro que se haría así, sin banda. En el álbum conservan el orden de la grabación original.
El sonido del disco es tan oscuro cómo el propio garaje de Molina, sin ventanas, sin apenas luz. El disco fue grabado a la luz de las velas y, según cuenta el propio Jason, con proyecciones de peliculas mudas en la pared cómo inspiración y compañía. Todo esto se ve reflejado en el álbum en el que, cómo él indica, trata de reflexionar acerca del sentimiento de depresión, tan humano, tan cercano a él. La atmósfera del disco lo refleja perfectamente. Parece que estamos en esa habitación a oscuras con Jason, se pueden oir los ecos en las paredes y el suelo, acompañado de su guitarra o piano, en el disco apenas hay instrumentación (la guitarra electrica sólo aparece en el último corte, el más largo que además da título al disco). La voz de Jason juega un papel fundamental ya que se permite experimentar con ella cómo nunca antes lo había hecho y con resultados estremecedores.
En las letras Jason no trataba de ser ingenioso, sino de ser sincero. En ellas se aprecian las sombras de siempre, sus fantasmas personales, sus temas recurrentes: la soledad, las dudas, la separación, el miedo... pero en este disco no hay ni un atisbo de esperanza. Todo es oscuro, sin salida. With all that blue that you carry around in your heart/ It must be raining there forever canta en It must be raining there forever.
Un disco corto pero intenso, Molina en estado puro. Tanto para los que lo descubrieron en su última etapa más rock, cómo en primera etapa más oscura. Cualquiera puede disfrutar de este disco, sumergirse en la belleza de su dolor, un dolor balsámico. Un dolor que cura.
Podéis escuchar y descargar Get Out, Get Out, Get Out desde aquí.
También podéis consultar las letras del álbum en su página oficial.
1 comentario:
Te echo de menos.
(Me sacas a una gente de la que no he oído hablar en la vida... Cómo lo haces? Te recorres las tiendas en busca del nombre inencontrable?)
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