23 junio, 2007

Jessica Bailiff - Old Things

Jessica Bailiff
Old Things (Morc, 2007)

SHOEGAZE/SINGER-SONGWRITER/EXPERIMENTAL Sin duda Old Things es la mejor manera de acercarse a la obra de Jessica Bailiff. A pesar de ser un disco recopilatorio de singles, caras B y grabaciones perdidas entre su segundo -Hour of the Trace (Kranky, 1999)- y tercer LP -Jessica Bailiff (Kranky, 2002), sirve cómo testimonio de la deriva de su sonido durante estos años y por ello recoge buena parte de lo mejor de sus dos etapas.

Lejos de ser un disco menor podría decirse que esta compilación es uno de sus mejores trabajos ya que la retrata a la perfección: colaboraciones constantes; aquí con Alan Sparhawk de Low en Crush (version 2) o con Jesse Edwards (Northern Song Dynasty, Red Morning Chorus) en los tres temas recuperados del magnífico 10" Jessica Bailiff and the.dithering.effect (Resonant, 2000), además de temas de recopilaciones para sellos, fanzines...

Desde el magnífico crescendo de ambient-drone de la inicial (dedicada a e inspirada por Stars Of The Lid) Your Sounds Make Patterns In My Eyes, hasta algunas de sus mejores composiciones cómo Warren con su punteo al ralentí rodeado de ruido, Maybe Tomorrow o la grandiosa Shadow con la preciosa voz de Jessica arrastrandose sobre las notas desgranadas por la guitarra acústica. Los temas van alternando las composiciones más centradas en un sonido formado por capas de ruido y guitarra, propio de su primera época, con otras más centradas en la guitarra acústica y con menos efectos (Nicholson Square 2, Warren) dónde ya se podía atisbar el camino que luego tomaría. Tanto si eres fan de Jessica cómo si no conoces todavía su obra este Old Things es un disco al que deberías dar una oportunidad.

MP3: Helpless

July Skies - Harvest 1982 (video)



Artista: July Skies
Video: Harvest 1982
Álbum: A Day In the Country (Wayside & Woodland, 2007)

Video adelanto del próximo trabajo de July Skies para Wayside & Woodland, el próximo mes también se edita The Weather Clock (Make Mine Music, 2007). Doble enhorabuena.

17 junio, 2007

Epic45 - Mirando atrás (discografía y demás)

Epic45 se formó a mediados de la década de los 90 en Staffordshire, un condado rural de los Midlands ingleses, cuando los compañeros de colegio Ben Holton, Rob Glover y Mark Oldfield estaban en el instituto. Tras años de amistad desarrollaron un interés común por las escenas músicales de Glasgow y Chicago de la década de los 90. En el año 1998 empezaron a tocar y a grabar sus primeros temas con la ayuda de algunos amigos. Recién sobrepasada la veintena se decidieron a dar el paso y debutar con la vista puesta en sus influencias: Labradford, Bark Psychosis, Talk Talk, Hood, GY!BE o Disco Inferno, así en sus primeros años editarían un par de 7" en el sello con base en Birmingham Bearos, así cómo un par de splits con 100 Pets -en el sello Awkward Silence- y con Laudanum -en Monopsone- y otro single para la serie Jonathon Whiskey. Su debut, Reckless Engineers (Where Are My, 2002), supuso su reconocimiento a pequeña escala y les sirvió para sonar en los programas de John Peel y Steve Lamacq.
“Epic45 is about a childhood obsession with hearing ourselves and other sounds played back on tapes, how magical pop music seemed as a child and how it allowed us to escape into our own worlds. It’s become a constant attempt to capture this and turn our memories into sound. This is why we continue.......” Ben Holton (2006)
La búsqueda constante de nuevos mundos, o mejor... la mirada melancólica hacia el pasado y la infancia mediante la búsqueda de sensaciones pasadas es una constante en su música. Una música a medio camino entre la electrónica, el (dream) pop, el shoegaze, el ambient y el post-rock, dónde predominan los paisajes de delicadas atmósferas ambientales aderezadas con desarrollos circulares de guitarras, loops, campanillas, pianos y grabaciones de campo. Ese campo del que toman su inspiración, beben de aquello que los rodea, de los fantásticos veranos de su infancia, las mañanas de los sábados, el amor perdido/encontrado, los olores que evocan recuerdos, las noches de cielos claros, la espera del verano, la esperanza, la tecnología innecesaria y el vacío de la vida moderna. De ahí sus títulos dónde las estaciones cobran vida propia.

Sin duda Epic45 son una pequeña joya escondida a la que todo amante de este tipo de música debería dedicar el tiempo que merecen, dejarse acariciar por sus melodías y trasladarse a otro mundo que nos haga escapar, aunque sea por un momento, de nuestra rutina diaria.

Discografía:

Reckless Engineers (Where Are My, 2002)

Su disco de debut casi instrumental, hay voces en apenas dos cortes. Fue un debut a contracorriente en lo que era la escena post-rock a principios de siglo. Demostraron que menos podía ser más. Las influencias de Hood están presentes desde la portada hasta títulos cómo A Forlorn Reminder Of Better Days. En una colección de temas dominados por la guitarra y la electrónica de andar por casa destacan la preciosa pieza de piano August Passed Away Unnoticed y uno de los temas cantados rescate de su primer 7", Shorebound.
Mp3: August Passed Away Unnoticed, Shorebound.


Against The Pull Of Autumn (Where Are My, 2004)

En su segundo álbum las voces comienzan a tomar mayor presencia y su discurso, así cómo su sonido comienzan a tomar forma: esas guitarras melancólicas, esa electrónica vaga que se cuela entre la instrumentación órganica... Con la colaboración de Anthony Harding de July Skies entregan el que era, hasta la fecha, su mejor disco. Destacarían la inicial I'm Getting To Young For This, Sculpted by Winter, la hoodiana These Dead Years, la enorme pieza de 12 minutos que da título al disco y River Traffic, el intenso cierre.
Mp3: I'm Getting Too Young For This, Barn Diversions.


Slides (Make Mine Music, 2004/2006)

Este sería el segundo álbum que editarían en 2004, su debut para Make Mine Music en una edición en CD-R de 200 unidades. En 2006 sería reeditado en cd con el EP, de edición limitada en su gira de 2005, Long Walks cómo bonus. Este álbum es una compilación de caras B, demos y descartes de los dos años anteriores. A la altura de sus otros dos álbumes, destacarían History vs. The Future y Leaving. Supone la última colaboración de Mark Oldfield. De Long Walks destacaría Nearly Home.



England Fallen Over EP (Make Mine Music, 2005)

Probablemente su disco más accesible y el más compacto hasta la fecha. También su disco más pop, cuatro de los cinco temas tienen letra y tanto England Fallen Over (alguién dijo Hood?) cómo Walk Led To Happiness podrían entrar entre sus 10 mejores temas de siempre. Además la melodía que cierra Onwards as the worlds sinks nace del final del primer tema del disco. Sus 20 minutos de música más conseguidos.




Drakelow EP (Make Mine Music, 2006)

Su disco más experimental hasta la fecha, abandonan la linea más pop del England Fallen Over y entregan 8 temas instrumentales de densas y bellas atmósferas, dónde por primera vez la voz desaparece por completo y la electrónica prima sobre las guitarras. Destacan Spires Against the summer skies, They Cut Into the Hill y Vanishing Britain.

Video: They Cut Into The Hill.



- Shorebound 7" (Bearos, 1999)
- A Is An Alphabet 7" (Bearos, 2000)
- Epic45 & 100 Pets Split 7" (Awkward Silence, 2001)
- Miranda Whiskey 27 7" (Jonathon Whiskey, 2001)
- Substracks #2 10" w/ Laudanum (Monopsone, 2001)
- Long Walks EP (Make Mine Music, 2005)

Página oficial: Epic45
Myspace: Epic45
Sello: Make Mine Music

16 junio, 2007

Epic45 - May Your Heart Be The Map

Epic45
May Your Heart Be The Map (Make Mine Music, 2007)

EXPERIMENTAL/AMBIENT/SHOEGAZE Una de las perlas inadvertidas por los medios de nuestro país -sólo atentos a aquello editado aquí y que, por tanto, paga publicidad- edita próximamente su cuarto disco. Son el (ahora) dúo británico Epic45: Ben Holton y Rob Glover. Según ellos este May Your Heart Be The Map -precioso título, por cierto- pretende ser una llamada de atención a gente con sus mismas inquietudes o cercana a su manera de entender el mundo, así cómo un rayo de esperanza en esta realidad que nos ha tocado vivir.

La idea del álbum está inspirada por la serie británica de mediados de los 70 "Survivors", dónde una plaga acababa casi por completo con la población mundial. Es esta idea de un mundo semi desierto, en el que la gente tiene que reconstruir sus vidas sobre las ruinas de la antigua civilización, la que les resultó atractiva. Así cómo su relación con otros temas recurrentes a lo largo de su carrera: el vacío de la vida moderna y la mirada melancólica hacia la niñez, una vida más simple, o feliz.

En cuanto a lo musical en este álbum, su primer largo desde 2004, se centran en un sonido más bucólico, menos experimental que en su anterior entrega; Drakelow EP (Make Mine Music, 2006). Aquí vuelven a primar las guitarras circulares, las campanillas, las grabaciones de campo... en una mezcla deliciosa entre lo analógico y lo digital que roza lo sublime en temas cómo el inicial que da nombre al disco y que nos anima a seguir buscando un nuevo hogar, a no perder la esperanza en medio de una nube de ruido y guitarras flotantes. Vuelven a recuperar aquí las voces que están presentes a lo largo de buena parte del disco, en We left our homes for winter la que suena casi flotando es la de Anthony Harding (July Skies/Avrocar) colaborador habitual y compañero de sello. Con este disco logran consagrarse definitivamente, alejándose de comparaciones (Hood, Bark Psychosis...), asociaciones a sonidos -shoegaze- y reforzando su discurso íntimo, melancólico y esperanzado al mismo tiempo. Temas cómo Summer's first breath, Forgotten Mornings o Winterbirds dan fe de su versatilidad y maestría, desde el pop hasta el post-rock mínimo, y hacen de este May Your Heart Be The Map el disco perfecto para acompañarte a medianoche, con las luces apagadas. Precioso.

Myspace: Epic45

Crónica: Primavera Sound 2007 (y III)

Sábado 2 de junio

El sábado ya se empezaba a notar el cansancio y los dolores de todo tipo, así que llegamos un poquito tarde y no pudimos ver a 6PM aunque nos contarían que el concierto estuvo bastante bien y ellos bastante sueltos. Llegamos a tiempo para presenciar el concierto de una de las pocas artistas que venían con un gran álbum bajo el brazo, el reciente Let In The Light (Quartestick, 2007) de una Shannon Wright que se esforzó en ofrecernos uno de los conciertos del festival, a medio camino entre el piano -dónde sonó estremecedoramente intensa- y una guitarra quizá demasiado solitaria. Abrió con varios cortes de su reciente álbum al piano, para después ponerse en pie, coger la guitarra y empezar a hacer diabluras sobre el escenario del Auditori (esos movimientos...!), rescató algunos temas antiguos cómo Avalanche o Portray e hizo kilómetros sobre el escenario antes de volver al piano para cerrar el concierto con otros tres temas. Defy this love y Don't you doubt me sonaron enormes. Podéis ver In the morning light y Don't You Doubt Me, aquí y aquí.

Salimos a tiempo para ver el final de unos The Apples in Stereo que nos volvieron a poner los pies en el suelo (para bailar, claro) y disfrutar de su pop y sus melodías, un poco a deshora eso si... Lástima de primeros minutos perdidos. Los pies empezaban a rendirse y nos sentamos a un lado del ATP a esperar el concierto de The Durutti Column que nos sorprendió a todos rescatando temas clásicos en una primera mitad de actuación magistral, Vini Reilly comenzó presentando a la banda y bromeando acerca de Johnny Marr y John Squire y se le vió suelto ante un buen número de seguidores que llenaban entusiasmados las primeras filas. The Missing Boy fue el mejor momento de una actuación que fue de más a menos pero que dejó un gran sabor de boca.

En el Rockdelux se presentaban los australianos Architecture in Helsinki con la intención de dinamitar la tarde con su pop fresco y animado, sus bailes, sus cambios de instrumentos y sus nuevos temas. Y, a pesar del entusiasmo sobre el escenario y de los bailes de buena parte del público, el concierto no pasó del mero entretenimiento (que a veces no es poco), los temas que junto a los bailes a veces remitían a los B-52's no acababan de transmitir y la falta de sonido y el ruido del escenario CD Drome (algo recurrente en el escenario RDL) hacía que se perdiesen matices. Podéis ver uno de los temas aquí.

Llegaba la noche y con ella empezaban los dilemas, el sábado era al mismo tiempo el día en que el cartel tenía los nombres menos atrayentes para mi y el que más grupos tenía que me apetecería ver. No tenía recorrido planificado así que me dejé llevar ayudado además por el cambio Klaxons-Battles. Me dirigí de nuevo al ATP, mientras la muchedumbre se apelotonaba para ver a Patti Smith, dispuesto a poner a prueba mis oidos con la actuación de los americanos Pelican. Reconozco que sus discos no me atrapan, aunque en directo disfruté de la actuación y de la intensidad de sus temas en un ATP repleto de gente moviendo las cabezas al ritmo de los guitarrazos de los de Chicago que, cómo se puede ver en la foto y en los videos no bajaron el ritmo en ningún momento, en un concierto que sirvió de presentación de algunos de los temas de su inminente City Of Echoes (Hydra Head, 2007) y dónde rescataron trallazos como Drought o algún tema más tranquilo (había que respirar) cómo Aurora Borealis. Podéis ver un par de temas aquí y Aurora Borealis aquí.

No se me pasaba por la cabeza ir hasta el Auditori a esas horas y tal y cómo estaba, pero me encontré sin nada que ver y decidí arriesgarme y ver a Matt Elliott, al que tachan de irregular en directo y al que había visto una vez en solitario. Esta vez se presentaba con orquesta: piano, batería, vientos y alguna cuerda, además de su guitarra y loops. En un Auditori casi vacío pude vivir uno de los momentos mágicos del festival, un concierto irrepetible, por sonido, por luces y sobre todo por la intensidad, la intensidad y belleza de la derrota asumida cómo algo natural por este hombre que a pesar de no gozar de reconocimiento masivo es uno de los grandes artistas europeos contemporáneos. Desgranando los temas de sus últimas entregas, principalmente de Failing Songs (Acuarela, 2007), consiguió estremecer y contagiar el Auditori de sentimientos, todo salió perfecto en un concierto redondo de dónde nadie salió cómo habia entrado. Podéis ver el video de The Kursk aquí y haceros una idea de lo que allí se vivió.

A Lisabö pude disfrutarlos apenas veinte minutos a medio camino entre Matt Elliott y Sonic Youth, interrumpido por uno de los miembros de la seguridad empeñado en que los tapones que vienen de fuera los carga el diablo, y su actuación fue de las que mejor sabor de boca me dejaron de todo el festival, la palabra que mejor lo definiría sería contundente. Los vascos derramaron intensidad y electricidad sobre un Cd Drome repleto de seguidores de una de las mejores bandas de la escena nacional y probablemente la que mejor directo ofrece a día de hoy, sonido impecable, entrega y riesgo. Me queda una cuenta que saldar con ellos y espero poder hacerlo en breve, aunque será dificil verlos por aquí cerca.

Nos fuimos al Estrella Damm a ver si por casualidad había una parcelita libre cerca del escenario, aunque el cambio de Battles dejaba el panorama muy dificil, el de Sonic Youth era el único concierto grande a esa hora y absolutamente todo el mundo se apelotonaba delante del escenrio para ver el último Don't look back del Primavera Sound. Sonic Youth venían a tocar íntegro uno de sus álbumes clave: Daydream Nation (Geffen, 1993). La muchedumbre explotó cuando sonaron las primeras notas de Teen Age Riot y aquello se convirtió en lugar hostil para mi maltrecho cuerpo, así que decidimos irnos hacia atrás pensando que habría menos gente... error. El concierto fue lo que todos esperabamos, la banda sonó perfecta, cómo si hiciesen cada día esta actuación, se les veía entusiasmados, con una Kim Gordon desatada en los bises -sí, además hubo bises!- de su último álbum Rather Ripped (Geffen, 2006). Aunque los mejores momentos se vivieron en la recta final del concierto con unos The Wonder, Hyperstation y Eliminator Jr. apoteósicos.

Afrontaba la recta final del festival sin apenas fuerzas, Grizzly Bear se presentaban en el ATP por primera vez en España y con su estupendo Yellow House (Warp, 2006) bajo el brazo, los temas ganaron en pegada pero perdieron en detalles al ser trasladados al directo, aún así fue un concierto más que agradable que ni siquiera se vino abajo con la aparición en el último tema, la preciosa On a neck, on a spit, de Zach Condon de Beirut y Johan el presentador de Cuatrosfera (me gustaría saber quién fue el que le pidió que subiese). Podéis ver el momento aquí.

El día comenzaba a hacerse eterno y mi cuerpo sólo resistió los primeros minutos de la actuación de unos múm que, a pesar de lo poco apropiado que parecía el horario a priori, supieron contagiar el entusiasmo necesario al público para mantenerlo activo y atento a las tantas de la mañana. Y poco después me iba a casa no sin antes pasarme por el Rockdelux a ver que me iba a perder con el concierto de Battles, los tres temas que vi, frescos, divertidos, enérgicos, imprevisibles, me sirvieron para darme cuenta que el próximo año tendré que venir preparado para el frío, con bufanda si es necesario. Al parecer uno de los conciertos del festival. Podéis ver Atlas aquí. Lástima que no pudiese más.

Domingo 3 de junio
Tras dormir unas cuantas horas y aún con la maldita garganta destrozada, nos fuimos a la Sala Apolo a ver el fin de fiesta que a juzgar por el aluvión de público y el entusiasmo del mismo era uno de los días más esperados. A diferencia del año pasado, en esta edición, el domingo era un día grande. Había espectación por ver a Of Montreal, de hecho el griterío y la entrega del público al comienzo de su actuación fue de los más destacados a lo largo del fin de semana. No era para menos, su Hissing Fauna, Are You The Destroyer? (Polyvinyl, 2007) es de lo mejorcito del año y había ganas de verlos por aquí. No defraudaron e hicieron un concierto largo e intenso, con disfraces, bailes, y desnudo casi integral, además rescataron hasta media docena de temas del también magnífico The Sunlandic Twins (Polyvinyl, 2005), mención especial para la fiesta que se montó con The Party's Crashing Us.

Antes Malajube demostraron que no venían de relleno y dieron un buen concierto en el que tiraron de su último trabajo, Trompe L'Oeil (Dare To Care, 2006), en el que mezclan pop y psicodelia al más puro estilo SFA de sus mejores momentos, eso si con letras en francés. Entre unos y otros me dio tiempo a ver casi 30 minutos de la actuación de APSE en La [2], y más que habría visto si no fuese porque Of Montreal estaban casi preparados, sonaron apabullantes y entregados, delante de una sala casi llena a pesar del solape con el concierto de Of montreal, y aunque a veces se les noten las costuras, su directo es de los que te atrapan.

Y así, casi dos semanas después se acaba esto, aquí se quedan mis recuerdos de un festival que otro año más nos ha hecho disfrutar, a pesar de las colas (para entrar, para salir, para comer, para beber, para mear...), de los traumáticos solapes, de los dolores y del sueño. En una edición donde el festival ha seguido creciendo en público apostando por continuar con una programación inquieta, aunque en mi opinión con menos enjundia que en la pasada edición. Esperemos que el año que viene nos volvamos a ver y que lo pasemos al menos tan bien como este. Gracias a los que me acompañaron en estos días, todo un placer.

Foto Shannon Wright: Hempror (http://liveshot.canalblog.com). Muchas gracias.

09 junio, 2007

Crónica: Primavera Sound 2007 (II)

Viernes 1 de junio

El viernes se presentaba cómo el día más atractivo sobre el papel, aunque las sensaciones que el jueves había dejado en mi, eran dificilmente superables. Aún así, a las 16.00 estaba en primera fila para ver a Mus en el Auditori, un concierto al que tenía muchas ganas y del que volví a salir decepcionado. Fran y Mónica salieron al escenario en solitario y abordaron el primer tema no sin antes agradecer a la gente que allí se había dado cita a esa hora. Después se unieron a ellos el resto de la banda y el concierto deambuló entre la delicadeza y los momentos más eléctricos, saliendo mejor parados en los primeros que en los segundos. Aún así, a pesar de las magníficas composiciones de los asturianos, sobre las tablas siguen pecando de inexperiencia o falta de recursos, los bailes de Mónica, su nerviosismo y sobre todo sus conversaciones en el tema en que invitaron a otro vocalista (todavía más nervioso y estático) a subir al escenario, deslucieron un concierto que por calidad debería haber resultado mejor.

El siguiente en salir a escena en el refrigerado Auditori fue el excéntrico David Thomas Broughton, que al contrario que Mus demostró que lo que a él le sobran son recursos para afrontar una actuación en solitario. Desplegó toda serie de trucos, utilizó todas las partes de su cuerpo para tocar la guitarra, sus zapatos hicieron de instrumentos de percusión y acabó corriendo y cantando entre las butacas del Auditori ante el asombro del público. Aún así su actuación no estuvo a la altura de lo esperado y las formas pudieron más que el fondo. Sus composiciones, que iba construyendo sobre la marcha a base de ir agregando pistas, se ahogaron entre el despliegue de recursos y no terminó de enganchar al público, se vivieron momentos sublimes y otros desconcertantes.


Con el sol calentando ya en el ATP, Brightblack Morning Light visitaban España por primera vez y presentaban su álbum de debut, en un concierto que empezó lento y espeso, cómo su música: perezosa, alucinada, a medio camino entre el blues, el folk y el rock psicodélico y que acabó pletórico, expansivo, entregados en un tema final que nos hizo flotar a todos a pesar de ser poco más de las seis y media (que pena que no fuese de noche) y del poco público que había. Había momentos en que no era capaz de distinguir si ellos estaban más colocados que yo o era al revés. Subidón!.

Después de ver un ratito de Black Mountain y hacer algunas compras nos fuimos hasta el Rockdelux a ver a uno de los grupos que venía a presentar disco en plena forma y que no se habían prodigado por nuestras tierras: Blonde Redhead. El escenario Rockdelux estaba hasta la bandera y el concierto empezó bastante bien con el trío ejecutando dos de los mejores temas de su último álbum: Dr. Strangeluv y 23, aunque poco a poco se fueron desinflando y Kazu fue cantando cada vez peor, en los temas con una sola guitarra sonaron desangelados y el hecho de llevar algunas bases y efectos grabados no ayudaron. A pesar de eso el público estaba rendido y se reclamó el bis con insistencia y gritos de puto Primavera (¿?), el trío volvió a salir y destrozó The Dress, mi canción favorita de su último disco. La persona que me acompañaba salió entusiasmada del concierto, mientras que a mi me decepcionó bastante. Una lástima. Podéis ver Dr. Strangeluv aquí.

Tras hacer la cola de rigor en el Auditori, al igual que Jim White y Warren Ellis de Dirty Three (¿?), entramos y comprobamos que no se llenaría del todo, normal si tenemos en cuenta las colas para entrar y salir, lo alejado del Auditori y sobre todo las actuaciones de Beirut y Band Of Horses casi a la misma hora. Nosotros pasamos de los problemas y nos sentamos a disfrutar del espectáculo, acompañado por un cuarteto de cuerda, un coro gospel y un teclista y armado con su guitarra Jason Pierce hizo un repaso por lo mejor de su carrera tanto en Spacemen 3 como en Spiritualized. El sonido fue impecable, quizá el único pero fue la linealidad de la propuesta que arrastraba a todas las canciones hacia el mismo terreno. Aún así, pudimos disfrutar, entre las entradas y salidas del Sr. Pierce del escenario, de temas indispensables cómo Broken Heart, I Think I'm In Love, Cool Waves, Soul on Fire o las enormes Lord, can you hear me? y una Ladies And Gentlemen We Are Floating In Space, que quitaba la respiración, arrebatadoramente precioso el medley con I can't help falling in love. Cerraron con el bis de rigor, en este caso la muy apropiada Oh happy day!. Podéis ver un fragmento de la actuación aquí y aquí.

Cuando llegué de vuelta al ATP, unos Modest Mouse pletóricos hacían pequeño este escenario (allí no cabe tanta gente) y me hacían temer por ver a Low desde una posición incómoda. No fue así y al acabar su concierto me pude acercar al escenario y ver al trio de Duluth en la mejor posición posible. Llegaban con el Drums & Guns (Sub Pop, 2007) debajo del brazo e hicieron lo que se esperaba: demostrar que son una de las bandas más en forma del planeta. Con un show mucho más tenso y asfixiante que en su anterior visita nos pusieron a todos los pelos de punta y la carne de gallina. Abrieron con Sandinista, para después encarar una espectacular y sorprendente Take Your Time con Alan desgañitandose (eso es dolor), siguieron dando la vuelta a las canciones de su último disco con las preciosas In Silence y Dragonfly, después dejaron de lado el dolor por un rato y abordaron Canada y una Sunflower deliciosa, volvieron al Drums & Guns momentaneamente para ejecutar Belarus y dejar paso a la intensidad e inmensidad de Amazing Grace y Pissing (que cuarto de hora por dios!) y encararon la recta final con Alan buscando el sentido de todo en Violent Path y Murderer (otro de los momentos del festival) para volver a salir y hacer un bis con una intensísima Breaker. Dos tercios del concierto basados en su último álbum, ni un sólo tema de sus magníficos cuatro primeros discos y aún así no se puede poner ni un pero. Triunfadores absolutos. Mi cuerpo no aguantaba más, la fiebre me vencía y abandonaba sin ver a Built To Spill. El sábado sería otro largo día.

Crónica: Primavera Sound 2007 (I)

Durante la pasada semana tuvo lugar en el Parc del Fòrum el Festival Primavera Sound y unos días más tarde aquí estamos para intentar dejar constancia de mis impresiones acerca de lo allí ocurrido, con la garganta todavía destrozada y los recuerdos empezando a encontrar su sitio en mi cerebro.

El festival, según las cifras que se comentaban, sigue creciendo en espectadores (en su mayoría extranjeros) con respecto a pasadas ediciones, el recinto sigue siendo de lo mejor que uno se puede encontrar para llevar a cabo este tipo de eventos. La programación, cómo siempre, con las mejores intenciones y pretendiendo abarcar un amplio espectro de tendencias dentro de la escena independiente. Los horarios casi siempre cumpliendose a rajatabla y el sonido, a pesar de algún que otro problema, superior a lo que estamos acostumbrados en conciertos y festivales multitudinarios.

Miercoles 30 de mayo
En cuánto a la programación musical, el festival para mi lo abría Gnac, el proyecto en solitario de Mark Tranmer (mitad de The Montgolfier Brothers) que ofreció un set apoyado en la guitarra, bases pregrabadas y proyecciones que acompañaban a una música casi pensada para ese fin. Sin duda la delicadeza y detallismo de sus paisajes no son el tipo de música indicado para ver en una sala plagada de gente hablando, ni probablemente lo sea para salir de la habitación.

A continuación, aunque no tuvimos la suerte de que compartiesen escenario, tomaba el testigo la otra mitad en The Montgolfier Brothers -Roger Quigley- con su proyecto de pop confesional y oscuro At Swim Two Birds. A diferencia de anteriores ocasiones Quigley no vino sólo sino acompañado de la encantadora Sophia Lockwood al cello, aunque lejos de dar mayor profundidad a su discurso, las canciones de Quigley sonaron sin la fuerza de antaño, sin apenas emoción. Si antes erizaba la piel con su sóla presencia y su voz sincera sobre el escenario, esta vez las interpretaciones fueron torpes -Sofia pecó de inexperta en la inicial In Bed With Your Best Friend-, o incapaces de transmitir: cómo las enormes Close To o el cierre con Things We'll Never Do, interpretadas con el piloto automático. Había volado a Barcelona el miércoles por el magnifico recuerdo que guardaba de una actuación suya en un Tanned Tin y me llevaba la primera desilusión del festival.

Para cerrar la fiesta del miércoles, se presentaron en escena los franceses Oslo Telescopic, disfrazados con caretas y con la cara vendada en un ejercicio de masoquismo teniendo en cuenta la temperatura de la sala -La [2]-, bastante llena para un día laboral. Su actuación de la que sólo pude ver una parte debido a los horarios de transporte, fue todo un espectáculo inclasificable que deambuló entre el rock lo-fi, el funky y ritmos de todo tipo. Prometía diversión al menos.

Jueves 31 de mayo
El jueves las horas se me hicieron eternas hasta que llegó la hora de ir hacia el Fòrum, al menos el aburrimiento permitió que llegase justo a tiempo para entrar evitando las colas y problemas informáticos que despues provocarían esperas de más de una hora. Mi primera sorpresa fue el cambio de horario de gran parte de las actuaciones, del que muchos se enteraron pasadas unas horas. Así que, después de echar una ojeada rápida al recinto y reorganizar mi recorrido diario, me dirigí al escenario Estrella Damm a ver que ofrecían Herman Düne a los que tanto la hora cómo el escenario no les favorecía nada, y es que programar un grupo a las 19.15, tan sólo 10 minutos más tarde de abrir el recinto y en el escenario grande no tiene mucha lógica. Aún así, había bastante más gente que el año pasado a primera hora y el trío se esforzó por aportar las primeras alegrías al personal con temas de su destacable último álbum, Giant (Source Etc, 2006) sobre todo. Lo consiguieron especialmente con Good for no one de Not On Top (Track & Field, 2005).

Salí disparado hacia la primera fila del Rockdelux porque allí me esperaba uno de mis conciertos más esperados: Dirty Three performing Ocean Songs, o eso era en principio. Un Warren Ellis con prisas por empezar se adelantaba unos minutos al horario previsto y hacía salir de su violín las primeras notas de Sirena mientras a un lado del escenario algun miembro de 12twelve no perdía la ocasión de verlos de cerca. El concierto discurrió entre las prisas de Ellis, consciente de que el tiempo no era suficiente para abordar todo el álbum, sus discursos alucinados y los sonidos que venían del escenario Cd Drome entre tema y tema. Pero ni esto ni el hecho de que aún fuese de día estropearon el concierto. En un principio no me parecía Ocean Songs el mejor álbum para una propuesta de este tipo, pero ya desde Restless Waves quedó patente la facilidad de emocionar y transmitir del trío, absolutamente impresionantes, desbordando recursos, matices e intensidad. Increíbles sonaron también en Authentic Celestial Music, en Sea Above, Sky Below y en el cierre que aobrdaron a continuación debido a la falta de tiempo: la enorme Deep Waters. Aquí puedes ver un fragmento, aunque la calidad del sonido deja mucho que desear.

El cambio de horarios me hizo dirigir mi rumbo hacia el escenario ATP dónde Elvis Perkins (si, el hijo de Anthony) y su banda intentaron sobreponerse a la pérdida de los instrumentos en su viaje desde Paris y con unos prestados -los clásicos guitarra, bajo, batería, etc. qué, cómo el mismo explicó, en nada se parecía al instrumental que ellos traían- hicieron malabarismos para recrear su Ash Wednesday (XL, 2007) y entre las mil pruebas, protestas y problemas hicieron un concierto deslucido aunque con algún destello de calidad sobre todo en su parte final.

Lo de Slint fue otra cosa, venían para rescatar su imprescindible Spiderland (Touch & Go, 1991) y, lejos de lo que algún escéptico podría creer teniendo en cuenta el retorno de una banda tras más de década y media de separación, enseguida disiparon toda duda y demostraron porqué este disco es considerado la piedra Rosetta del rock independiente de los 90. Con unos juegos de luces espectaculares que realzaban las atmósferas y sensaciones de la música y un sonido milimétrico e intenso lograron convencer y reclamar la actualidad de una propuesta sin la que nuestras vidas y la música que nos acompaña hubiera sido diferente, esos tensos silencios... El último tramo del concierto, con la gente gritando I miss you! al final de Good Morning, Captain es probablemente el momento del festival. Mis prisas por ver a los Comets On Fire me hicieron perderme un bis que no esperaba, un tema inédito: Kings Approach. Podéis ver un fragmento de Breadcrumb Trail y Good Morning, Captain, pinchando sobre los títulos.

Benditos cambios de horario, pensé cuando llegaba a toda prisa al ATP. ¿Alguien se imagina esto a las siete y media de la tarde?. No. La coincidencia con Smashing Pumpkins hizo que delante del ATP se diese cita la gente justa para disfrutar del concierto del festival: una descarga de electricidad y psicodelia cómo pocas había visto en mi vida, los de Ethan Miller lo dieron todo sobre el escenario, en especial Utrillo Kushner a la bateria (vaya pedazo de bestia!), subidas electricas de proporciones gigantescas, una voz a punto de romperse, una apisonadora sobre el escenario. Si con Slint viviamos la represeantación perfecta del rock de los 90, con los Comets vivimos la mejor ración de rock en estado puro, peligroso, ruidoso, lisérgico, increíble. La apoteosis final con Whiskey River es algo que los que allí estabamos tardaremos en olvidar.

Después de esto, cena reparadora con los oidos aún zumbando y sin moverme del ATP llegaba una de las propuestas más diferentes del Festival: Fennesz + Mike Patton, una mezcla que muchos creíamos imposible y que en mi opinión resultó cómo el agua y el aceite, no consiguieron sonar cohesionados en ningún momento y el resultado fueron momentos de belleza (los menos) intercalados en un caos perpetrado por el ex-Faith No More/Fantomas/Tomahawk sobre las bases que el austríaco construía con maestría. La apuesta en principio interesante al final no resultó tanto, aunque bien valía la pena arriesgar. De allí me dirigí, sin mucho entusiamo eso sí, a ver a los White Stripes, o al menos esa era mi intención pero la multitud que desbordaba el escenario Rockdelux sólo me permitió ver un par de temas desde la lejanía. Al final me di por vencido y me fui de vuelta para casa con la garganta tocada y la alegría de haber visto tres conciertos enormes.

Fotos Dirty Three/Slint: Hempror (http://liveshot.canalblog.com). Muchas gracias.