17 marzo, 2007

Low - Drums & Guns

Low
Drums & Guns (Sub Pop, 2007)

INDIE ROCK/EXPERIMENTAL Tras la publicación de The Great Destroyer (Sub Pop, 2005) y en los meses que vendrían a continuación, el título del septimo disco de Low parecía adquirir significado. El disco rompía con el sonido de la banda (o lo que se entiende por éste) y los hacía más accesibles, más alegres. Además, los traumas no acabaron ahí, la gira posterior tuvo que ser suspendida a causa de los problemas mentales de Alan Sparhawk (voz, guitarra) y a los pocos meses Zak Sally (bajo) abandonó la banda.

Así que, tras la destrucción, el trío de Duluth -a Alan y su mujer Mimi Parker (voz, percusión) se ha unido Matt Livingston (bajo y compañero de Alan en Retribution Gospel Choir)- nos entrega un trabajo de reconstrucción. Y es que eso es lo que es este Drums And Guns; un nuevo comienzo, desde cero. A mediados de los 90 ralentizaron al máximo el sonido para convertirse en máximos exponentes de la escena slowcore, detrás de esta ralentización había una actitud rompedora que logró dar forma a una nueva manera de entender el rock. Esa inquietud los ha perseguido durante toda su carrera, sin un paso en falso, abiertos a todo tipo de propuestas. Este disco no podía ser menos y, con la colaboración de Dave Fridmann a la producción, entregan doce temas con las costuras abiertas, casi desnudos, en el que es su disco más minimalista y experimental, se podría decir que es casi más electrónico que rock. La guitarra desaparece casi por completo y las canciones son vestidas con miniaturas electrónicas, loops, samples de cuerdas, algún teclado y poco más.

El disco, que trata acerca del asesinato, la muerte y obsesiones similares, se fue configurando a partir de canciones antiguas sin editar, de proyectos paralelos y de algún clásico de sus actuaciones en vivo a los que decidieron dar una nueva vida. Así el albúm se abre con Pretty People y lo primero que oimos es: "All the soldiers, they’re all gonna die, all the little babies, they’re all gonna die", se acabo la alegría, sólo quedan cenizas, el disco es el reflejo de un mundo sin esperanza, sin sentido. En Belarus -rescate de las sesiones de Trust (Kranky, 2002)- nos encontramos con una pieza a dúo entre Alan y Mimi acompañados de un ritmo de campanas, ecos de guitarra y cuerdas casi inapreciables que suenan más a Piana que a Low. Breaker es uno de los temas de Retribution Gospel Choir que han adaptado para la ocasioón, dónde los lamentos de Alan se acompañan tan sólo de palmas, un órgano moribundo y algún guitarrazo. No necesitan más para hacer una gran canción, cómo han ido demostrando con el tiempo, cualquier envoltorio les sienta bien a sus composiciones.

Dragonfly es un clásico de sus directos, un tema que es marca de la casa: una melodía al ralentí y esas dos voces jugando a encontrarse te desarman por completo. Sandinista pone nombre al sinsentido del que antes hablabamos en el tema más oscuro y opresivo del disco que da paso al bajo desenfadado y a los ritmos de Always Fade más propios de unos desatados Yo La Tengo. La segunda mitad del disco también está repleta de nuevas texturas en el universo de los americanos, Dust on the Window da paso a la juguetona Hatchet (también de RGC) y a partir de ahí el disco vuelve a subir al ritmo clásico de la épica al ralentí al que nos tenían acostumbrados: Your Poison es el tema más corto y el más Low de la docena, el encadenado final de Take Your Time, In Silence y sobre todo la inmensa Murderer -que ya había sido editada en formato 10" en edición limitada antes de The Great Destroyer- dónde Alan apunta a lo más alto en sus dudas, en su cuestionamiento de todo lo que lo rodea en este mundo extraño, es la cima de un disco que nos devuelve a unos Low diferentes, con nueva formación, con nuevo uniforme, pero con la misma capacidad para crear música emocionante. Algo que muy pocos pueden lograr.

MP3: Breaker
Video: Breaker

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre, completamente de acuerdo contigo.

Saludos,
Loreto.

bonzopoe dijo...

Me encanta este nuevo Low, el dominio de lo mínimo es un difícil arte, y esta nueva alineación lo hace con maestría. Una verdadera joya.